miércoles, 10 de diciembre de 2008

El fantasma de mi hermano

Alu se despierta al igual que otras tantas veces en mitad de la noche. Mira hacia el techo y se pregunta que hora debe ser y si vale la pena seguir durmiendo. Como no puede volver a conciliar el sueño, se le ocurre mirar hacia la puerta que se encuentra enfrente de su cama. Es entonces, cuando puede ver una especie de sombra blanca que se encuentra entre la puerta y los pies de su cama.

Ella, un tanto inquieta, cierra los ojos intentando olvidar aquella imagen. Piensa que seguramente sea cosa de su vista. Pero entonces, vuelve a mirar al mismo punto y ve que aquella sombra blanquecina, translúcida, adquiere forma. Resulta ser su hermano haciendo un baile estúpido en plan hawaiano. Alu cree en los fantasmas, pero aún así sabe que está metida en un sueño. Su hermano no está muerto si no más bien durmiendo en la habitación de al lado.

Como otras veces que ha tenido éste tipo de sueños, alarga la mano al interruptor que esta cerca de su cabeza pero al accionarlo se da cuenta de que no funciona. Tras dejar escapar un suspiro enfadado; volvió a mirar a los pies de su cama y pudo ver que aquel singular fantasma seguía bailando. La joven, decidió que debía cruzar la habitación ya que al otro lado hay otro interruptor que haría desaparecer aquella imagen.

Se levanta tranquila y se acerca a aquella figura bailante evitando mirarla fijamente, sabe que no debe hacerlo. Una vez que pasa por su lado, aquella figura deja de bailar y se coloca tras ella, junto a su hombro derecho. La persigue sin mover los pies, como si el propio cuerpo de Alu le arrastrase durante todo el trayecto hacia el otro interruptor.

Alu está llegando a la puerta, casi puede tocar el interruptor con la punta de sus dedos. Pero hay algo que va mal. Tiene el rostro de aquel fantasma sobre el hombro, puede sentirlo. Nota como una gran presión cae sobre su cuerpo, le cuesta respirar y moverse pero ya está cerca del interruptor. Todo podría acabar en aquel momento, el fin ya estaba cerca. Aunque ya no puede aguantar más la tentación de mirar el rostro de su hermano fantasmagórico, después de todo ¿qué podría pasar? Ya está tocando el interruptor.

Gira su rostro y lo único que puede ver son sus ojos en un semblante pálido. Están en blanco, muy abiertos, como si pudiera ver a través de ella. La fuerza que sentía sobre su cuerpo se amplifica, siente que está a punto de desplomarse contra el suelo. Le duele el estómago.

Es entonces, cuando todo se vuelve oscuro.

Alu se despierta alterada en su propia cama, mira hacia los lados y enciénde rápidamente el interruptor que está junto a su cama . No está sudando como en otros sueños, no tiene miedo, tan sólo se siente inquieta. Después de todo sabe que sólo ha sido un sueño.

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