jueves, 15 de enero de 2009

Corea y los termoplásticos

Alu camina entre una multitud de gente y se separa de ella hasta llegar a un estrecho de rocas que flotan sobre el mar. Al final de aquel camino hay una pequeña casa de dos pisos rodeada por un muro de piedras gastadas por la sal del mar.

Al cruzar el muro de piedra llega a un pequeño jardín dónde habitan unas cuantas gallinas que andan en busca de comida. Una mujer mayor de rasgos occidentales, pero de apariencia joven y de personalidad vivaz se acerca a Alu. La mira un poco asustada de arriba a abajo y después de decirle que no están en venta las gallinas le invita amablemente a irse de aquel lugar.

Una vez fuera de aquella casa se mira las manos extrañada. Entonces se da cuenta de que son mucho más grandes que las que ella recordaba. En ese instante, cambia de plano y puede verse desde fuera. Ella se encontraba dentro de un cuerpo de varón y no de uno cualquiera, sino el de su amigo Germi. Alto, de espalda marcada y complexión normal, cabellos cortos y claros y unos ojos azules. Va vestido a lo Indiana Jones, pantalones marrones holgados y una camiseta ajustada de color verde. Sobre ésta una chaqueta también de color tierra y un gorro propio de un aventurero. En ese momento vuelve al interior del cuerpo de su amigo y recuerdo porqué esta ahí, debe investigar para su próximo artículo.

Vuelve de nuevo al centro de la ciudad, donde se haya toda la multitud. Tras cruzar un inmenso portal, llega a una especie de mercad. Varias casetas se alzan junto a las paredes grises y desgastadas de aquella inmensa sala. Algunas paredes estaban cubiertas por tapices de llamativos colores y el ambiente estaba sobrecargado de incienso. El lugar le recordaba a los típicos mercados turcos, dónde los mercaderes intentan llamar la atención para que te interesaras por sus productos.

Pero algo era distinto a los mercados turcos... Y era que los vendedores eran Coreanos con trajes propios de los Isralíes de la época. Pantalones anchos oscuros y camisas claras holgadas. Alu paseó por la plaza, esquivando a la gente que iba y venía pero derepente se despierta en otro sitio. Una especie de hosptital de campaña.

Las camas estaban formadas por un simple trozo de tela tensada con dos varrotes metálicos. Las camas se encontraban pegadas a las paredes para permitir la rapidez de acceso a todos los enfermos que se hayaban en la oscura y fría habitación. Alu se incorpora y mira sus manos, parece que ha vuelto a su propio cuerpo, pero sigue estando en el mismo sitio ya que los enfermeros son Coreanos. Entonces, uno de los sanitarios se acerca a Alu y le deja ante ella una especie de sopa rojiza semi-transparente, como si fuera gelatina recién hecha y que no ha sido metida en el refrigerador.

Antes de que el enfermero se fuera, Alu le coge la muñeca y le pregunta porqué se encuentra en ese lugar. El joven le contesta en Coreano y hace el amago de marcharse pero Alu no se lo permite e insiste. De nuevo, Alu contempló la escena desde el punto de vista de una tercera persona y puede ver como ella misma le sujeta el brazo al enfermero Coreano que sigue hablando en su idioma natal. Pero con una diferencia.

En la parte inferior de su visión puede ver unos subtítulos en blanco:
"Tienes falta de termoplásticos en tu organismo y vas a morir"

Otra vez, vuelve a su cuerpo y tras unos segundos de confusión, se despierta nuevamente en el mundo real.

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