lunes, 24 de agosto de 2009

Porque las ranas también tienen derecho a besarse

Me encontraba en el pueblo de Campello. Era un día soleado aunque apenas se percibía el calor propio del verano. Frisix, Labret y yo caminábamos por una de las calles principales en dirección a la parada Pla Barraques del tranvía con la intención de dirigirnos a Alicante. A mitad de nuestro camino, encontramos lo que parecía ser una feria de exposición de objetos bastante extraños, entre ellos, una especie de pantalla de televisión que emitía una fuerte luz que consiguió cegarnos mientras cruzábamos su zona. Después de unos pocos minutos, ya nos encontrábamos subiendo por la avenida Alcoy.

- Esa trasto emitía un ruido raro, como un zumbido. ¿no?
- Esa pantalla podría haber explotado, menos mal que nos hemos alejado de esa zona.

Justo tras decir aquellas palabras, se escucha una gran explosión que proviene de la parada de Pla Barraques. Al voltearnos podemos ver como una gran humareda negra asciende hacia el cielo. Pensé que era posible que fuera un ataque terrorista, pero no fue así. Subiendo la misma avenida, pero por la acera de enfrente, un grupo de manifestantes alzaban grandes carteles de tela garabateados con unos dibujos que parecían haber sido hechos por unos niños de 5 años al son de: “Porque las ranas también tienen el derecho de besarse”
Me acerqué a ellos completamente enfadada y me dirigí a los que parecían ser los líderes de aquella estúpida manifestación. Las dos figuras, que resultaron ser unos dibujos en blanco y negro de dos jóvenes de aproximadamente mi edad, me miraron de arriba abajo como si no entendieran el motivo de mi propio enfado.

- ¿Habeis sido vosotros los que han provocado esa explosión? – dije señalando el lugar

- Claro, ¿quién si no? – contestó rebosante de orgullo

- ¿Estáis locos o que os pasa? ¿Creéis que esta es la forma de hacer las cosas? ¿Y sí había gente allí? LAS HABÉIS MATADO POR UNAS PUTAS RANAS. – por extraño que pareciese, no necesitaba recoger aire para seguir gritándoles – Estoy a favor de los animales pero realizar explosiones para llamar la atención como un crío malcriado de 5 años no es la solución. ¿Creéis que así tendréis más razón o que os harán más caso? Lo que sois es una panda de gilipollas insensibles que os preocupan más unos animales que ni siquiera son conscientes de que si quiera de que es besarse.
Una de ellas, que parecía ser la más fuerte se arrimó a su compañera que tenía un peinado muy corto a lo Amelie pero extendido un poco para los lados. Parecía que ella había sido la que había planeado todo aquello. Por mi parte, no tenía muy claro si habían decidido no insistir o es que habían comprendido mis palabras aunque decidí ser un poco más indulgente con ellas.

- Mientras no hagáis más locuras como estas, yo os ayudaré en vuestras manifestaciones. ¿cómo te llamas? – pregunté a la chica que tenía el pelo como Amelie

- Tana Matetsi – dijo mientras se volteaba para marcharse.

- Yo soy….

Hasta en mis sueños tiene que dar por saco

Alu se encontraba frente a la puerta del garaje de su urbanización junto a sus amigos: Nitsuga, Labret, Madamme y Frisix. La joven era reacia a adentrarse en aquel lugar ya que ver la oscuridad que caracterizaba a aquel garaje no le daba confianza, además sentía que algo allí le estaba esperando y que no le iba a resultar nada agradable.

- Vamos, no seas cobarde – recriminó Labret

Sin que Alu pudiera darle contestación alguna, se adentró al garaje desapareciendo en la oscuridad. Los otros dos acompañantes, sin hacer ningún comentario u observación la siguieron. La joven, temerosa de quedarse sola, prefirió acompañarlos al corazón de aquella oscuridad. Al entrar, observó que toda la sala que se extendía mucho más lejos de lo que le permitía ver la desconocida luz azul que iluminaba la estancia. Pero no era sólo una sala, era un nido de tarántulas que habían conquistado todo el garaje. Sus gigantescas telarañas se extendían de un pilar a otro mientras que otras habían usado las esquinas para hacerse su propia fortaleza. Las tarántulas recorrían sus caminos de seda ignorando por completo a los visitantes, como si realmente no hubiera nadie más aparte de ellas. Aquellas criaturas eran de distintos tamaños pero la más pequeña de ellas medía aproximadamente un antebrazo humano.

La joven Alu le tenía (y tiene) pavor a aquellos bichos, el simple hecho de simplemente ver una diminuta araña junto a ella ya le hacía correr despavorida en cualquier dirección mientras se alejara de la aquel bicho de 8 patas. Por suerte, para ella parecía que la ignoraban o habían decidido ignorarla ya que tras mirarla a un par de veces no habían hecho ni siquiera un además de acercarse a ella. Lo único que deseaba era salir de aquel lugar cuanto antes y sin llamar la atención.

- ¡¡Mira Alu!! – gritó Nitsuga

Cuando la joven se volteó, su amigo sujetaba una de aquellas gigantescas tarántulas a apenas 20 centímetros de su rostro. La araña, inquieta y molesta por estar atrapada, movía sus patas peludas con el deseo de librarse de sus ataduras mientras movía lo que parecía ser su boca como si estuviera llamando a las demás para que la socorrieran. Alu, tras dar un grito ahogado para no llamar la atención de las compañeras de aquel bicho miró a Nitsuga con enfado.
“Hasta en mis sueños tienes que dar por saco”- pensó

Curiosidad
A pesar del aspecto de las arañas, en el diccionario de los sueños explican que las arañas que soñar con arañas implica:

"Si sueña que tiene un montón de arañas colgando de su tela a su alrededor, es un augurio buenísimo y favorable para Vd.. Le anuncia la llegada de abundancia, riqueza, posición social y amigos a su alrededor.
Soñar que tiene frente a Vd. una araña enorme, significa que conseguirá enriquecerse rápidamente, a menos que se relacione con gente de dudosa reputación."

Picaduras de abejas

Ella no sabía muy bien que hacía en aquel lugar, aunque era mejor decir que ni siquiera era consciente del lugar en el que se encontraba. Incluso tampoco era importante el tiempo ni con quién estaba. Lo único que sentía era un dolor punzante en la cara. Estaba de pie, eso si que lo recordaba, aunque bien pensado tampoco era un dato importante a tener en cuenta. Lo que si que era extraño es que no pudiera mover los pies, como si sus zapatos juntos a sus pies hubieran sido enterrados en el propio cemento. Pero visto por otro lado, ella tampoco hacía esfuerzos por escapar, seguramente porque sabría a la perfección que en aquella situación no serviría de nada correr.

Poco a poco, dando como saltos una visión externa se acercaba a su rostro en distintos planos audiovisuales. De un plano general, donde se podía ver el cuerpo de la joven con una ropa cualquiera, seguido de un plano medio dónde se podía apreciar en una primera estancia una extraña situación hasta un primer plano dónde se veía a unas abejas que parecían haber surgido de la propia barbilla y del labio inferior de la joven. Las abejas se retorcían deseosas de salir de su prisión ya que la mitad de su cuerpo permanecía dentro de la piel de la joven. Era como cuando se funde dos partes de una vela y se volvieran a unir. Ella, intentó quitarse aquellas abejas de su rostro que le producían – no tanto como dolor porque habría despertado – una molestia que comenzaba a agobiarle. Pero parecía inútil. No se libraría de ellas así.


Curiosidad

En el diccionario de los sueños, hay una interpretación sobre las abejas. Éstos insectos son considerados como una de las criaturas más trabajadoras. Por ello, el hecho de que las abejas me estén picando– por llamarlo de alguna forma- significa que se ha dejado de lado deberes y responsabilidades importantes o exigidas.

Curiosamente, en un par de semanas debía entregar un trabajo importante de investigación para una asignatura de la universidad que había dejado de lado durante todo el trimestre.
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