martes, 27 de enero de 2009

Los guerreros de la piedra de Luna

Es un lugar muy extraño. Una gran casa formada por cristales de un color azul celeste mate. Una gran multitud se encuentra en la sala principal provocando un murmullo que resulta un poco molesto. Alu, que se encontraba en medio de toda aquella gente, intentando encontrar el motivo por el cual se encuentra en aquel lugar.

De repente, un pequeño hombre, con una especie de bata de colores blancos y dorados hace su aparición sobreuna tarima que se encuentra en un lado de la sala. Su entrada produjo un profundo silencio que tan sólo era roto por el llanto de algún bebe que se oía al fondo de la sala. Tras realizar un largo discurso sobre la piedra de Luna - que parecía ser una joya muy apreciada e importante - el hombre señaló entre el público a Alu y le indicó que le siguiera a la sala de los guerreros.

Tras seguir los pasos de aquel portavoz, de gafas grandes y redondas y aspecto corpulento, llega a una sala principal dónde se encuentra una especie de princesa. La joven, estaba dormitando sobre una especie de cama del mismo material que toda la casa. El portavoz, aclaró a Alu, que ella era la dueña de la Piedra de Luna y que el deber de los guerreros era protegerla hasta que pasara su poder a otra persona.

Después de aquella explicación, acompañó a Alu a una sala contigua a la de los aposentos de la supuesta princesa de la piedra de Luna. Allí se encontraban dos caballeros, una mujer delgada y morena pero de una estatura envidiable y un hombre con aspecto desarreglado y con sus cabellos recogidos en una larga coleta.

Ambos permanecían sentados en un asiento que cubría el habitáculo cilíndrico. Con gesto preocupado y asqueado. Parecía que ellos estuvieran atados en una prisión de cristal celeste. La mujer, completamente cansada de estar allí esperando, decide irse no sin antes transformarse en una águila que desaparece por la gran puerta.

El hombre, preocupado por ella, se transforma en un gran lobo grisáceo y la persigue por los pasillos. Justo en ese momento, estando sentada en aquel duro y frio asiento de piedra celeste, Aoi se percata que está rodeada de elementos electrónicos como si hubiera entrado en una tienda especializada. Entre todos los objetos, uno le llama la atención, resultando ser una impresora multifunción que tan sólo valía 20 euros.


Joder... Por ese precio si que me compraría una...

Tras aquel comentario, desaparece de la sala para aparecer en su propia habitación.

martes, 20 de enero de 2009

Las dos fantasías

En esta ocasión, Alu se encuentra en un habitación muy iluminada. La estancia estaba decorada con colores claros que transmitían calor y unas cuantas literas se encuentran pegadas a las paredes. La joven se levanta y se dirige hacia la puerta con intención de dar una vuelta pero antes de llegar a cruzar el umbral, una joven oriental se interpone en su camino. Sus cabellos son castaños y sus ojos tienen rasgos japoneses con un toque occidental.

Alu, interesada por aquella joven, entra de nuevo en la habitación y comienzan a hablar entre ellas. Descubre que la joven oriental esta de viaje por el mundo por sus deseos de conocer las distintas ideologías, además tiene un aire aventurero y su trabajo consiste en ser monitora de escalada.

Al cabo de unos minutos hablando, Frisix aparece en los aposentos con aire relajado y alegre. Alu se levanta y le comenta al chico que aquella oriental le atrae y que el sentimiento es mutuo entre ellas; por lo que le propone un trio. El joven, tras mirar a la joven oriental volvió su mirada a Alu y aceptó la propuesta.

Ambos se acercan a la oriental y se sientan sobre una de las literas que, misteriosamente, tiene un tamaño adecuado para que los tres puedan estar acostados. Frisix se encuentra enmedio de ambas mujeres que empiezan a besarle por la mejilla y van recorriendo lentamente su cuello con dulces besos mientras las manos de las chicas se rozan con cierta timidez. Con suavidad, se dejan caer en la cama mientras las acaricias cada vez son más atrevidas.

La joven comienza a levantar la camiseta de la oriental, notando con la yema de sus dedos su suave y tersa piel. Por otro lado, la oriental comienza a desabrochar los vaqueros de Frisix el cual respira agitadamente y deja escapar algún tímido gemido.

Alu siente un escalofrío por todo su cuerpo.

Sus piernas le tiemblan, pero no sabe si es por nerviosismo, excitación o por ambos sentimientos a la vez. Siente por momentos que desea con fervor pasar a la siguiente base. No puede contener su anhelo en descubrir un campo desconocido para ella y en cumplir sus dos fantasías: hacer un trio y acostarse con una japonesa.

Finalmente se decide.

Mientras la oriental besa en los labios a Frisix, Alu decide adentrar su mano a un campo conocido pero forastero. Le queda poco para llegar; puede sentir el calor que emiten sus partes más íntimas, como si fuera un volcán a punto de estallar. La joven oriental deja escapar un gemido de placer, parece que ella también se encuentra en el mismo grado de excitación que Alu.

Entonces, una voz se escucha a lo lejos. La oriental, nerviosa, rompe el ambiente levantándose y colocándose bien la ropa para luego salir corriendo al exterior. Parecía que su compañera de viaje habia llegado al fin al albergue. Por su parte, Alu deja escapar un soplido de fastidio mientras mira hacia arriba, había estado tan cerca que en aquel momento lo único que siente es rabia e impotencia. Frisix, encambio, se gira hacia la joven y le acaricia el estómago para animarla.

- No te agobies... Yo no era capaz de seguir adelante

A pesar de aquellas palabras, Alu sigue un tanto resentida. Incluso en el mundo de los sueños no todas las fantasías se cumplen.


jueves, 15 de enero de 2009

Corea y los termoplásticos

Alu camina entre una multitud de gente y se separa de ella hasta llegar a un estrecho de rocas que flotan sobre el mar. Al final de aquel camino hay una pequeña casa de dos pisos rodeada por un muro de piedras gastadas por la sal del mar.

Al cruzar el muro de piedra llega a un pequeño jardín dónde habitan unas cuantas gallinas que andan en busca de comida. Una mujer mayor de rasgos occidentales, pero de apariencia joven y de personalidad vivaz se acerca a Alu. La mira un poco asustada de arriba a abajo y después de decirle que no están en venta las gallinas le invita amablemente a irse de aquel lugar.

Una vez fuera de aquella casa se mira las manos extrañada. Entonces se da cuenta de que son mucho más grandes que las que ella recordaba. En ese instante, cambia de plano y puede verse desde fuera. Ella se encontraba dentro de un cuerpo de varón y no de uno cualquiera, sino el de su amigo Germi. Alto, de espalda marcada y complexión normal, cabellos cortos y claros y unos ojos azules. Va vestido a lo Indiana Jones, pantalones marrones holgados y una camiseta ajustada de color verde. Sobre ésta una chaqueta también de color tierra y un gorro propio de un aventurero. En ese momento vuelve al interior del cuerpo de su amigo y recuerdo porqué esta ahí, debe investigar para su próximo artículo.

Vuelve de nuevo al centro de la ciudad, donde se haya toda la multitud. Tras cruzar un inmenso portal, llega a una especie de mercad. Varias casetas se alzan junto a las paredes grises y desgastadas de aquella inmensa sala. Algunas paredes estaban cubiertas por tapices de llamativos colores y el ambiente estaba sobrecargado de incienso. El lugar le recordaba a los típicos mercados turcos, dónde los mercaderes intentan llamar la atención para que te interesaras por sus productos.

Pero algo era distinto a los mercados turcos... Y era que los vendedores eran Coreanos con trajes propios de los Isralíes de la época. Pantalones anchos oscuros y camisas claras holgadas. Alu paseó por la plaza, esquivando a la gente que iba y venía pero derepente se despierta en otro sitio. Una especie de hosptital de campaña.

Las camas estaban formadas por un simple trozo de tela tensada con dos varrotes metálicos. Las camas se encontraban pegadas a las paredes para permitir la rapidez de acceso a todos los enfermos que se hayaban en la oscura y fría habitación. Alu se incorpora y mira sus manos, parece que ha vuelto a su propio cuerpo, pero sigue estando en el mismo sitio ya que los enfermeros son Coreanos. Entonces, uno de los sanitarios se acerca a Alu y le deja ante ella una especie de sopa rojiza semi-transparente, como si fuera gelatina recién hecha y que no ha sido metida en el refrigerador.

Antes de que el enfermero se fuera, Alu le coge la muñeca y le pregunta porqué se encuentra en ese lugar. El joven le contesta en Coreano y hace el amago de marcharse pero Alu no se lo permite e insiste. De nuevo, Alu contempló la escena desde el punto de vista de una tercera persona y puede ver como ella misma le sujeta el brazo al enfermero Coreano que sigue hablando en su idioma natal. Pero con una diferencia.

En la parte inferior de su visión puede ver unos subtítulos en blanco:
"Tienes falta de termoplásticos en tu organismo y vas a morir"

Otra vez, vuelve a su cuerpo y tras unos segundos de confusión, se despierta nuevamente en el mundo real.
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